Anoche, volviamos las dos juntas a casa después de haber estado de fiesta. Íbamos subiendo la cuesta que llega a nuestro barrio, riéndonos y acordándonos aún de las anécdotas de la noche, cuando de repente empezamos a escuchar… Plas, plas, plas… Unas pisadas sonaban cerca.
Pero… bah, pensamos, «será paranoia», no le hicimos caso y seguimos subiendo y riéndonos. El plas plas se hacía cada vez más cercano y entonces las dos nos miramos a los ojos. No dijimos nada pero sabíamos lo que estábamos pensando. Yo no me atrevía a mirar, pero mientras hacíamos como que hablábamos, mi amiga miró hacia atrás, y comprobó que las pisadas eran de un chico. Nos entró un poco de miedo estar de noche, solas y en la calle cerca de él. Pero… pensamos, al menos estamos acompañadas. Así que cruzamos de acera e intentamos pasar desapercibidas.
Al final, conseguimos despistarle y que nos adelantara sin darse cuenta, así quedamos nosotras detrás y le veíamos a él. Entonces, al verle, analizamos sus movimientos, y nos dimos cuenta de que estaba siguiendo a otra chica que subía un poco más adelante, y ella, sí que estaba sola. Por un segundo, nos metimos en la piel de esa chica. No la conocíamos, pero era una chica de 16 años, como nosotras, y nos pusimos a pensar que seguramente estuviera sintiendo miedo al ser perseguida. Así que nosotras, que no estábamos solas, decidimos acelerar el paso y juntarnos con ella. Nos acercamos, le dijimos que se viniera con nosotras, y seguimos todo el camino hasta la casa de cada una acompañadas. Pasamos un mal rato al principio, pero por suerte, no pasó nada. En ese momento no pensamos en nada más que en ayudarla.
Alguna que otra vez nos ha pasado, que vamos por la calle y te encuentras a un grupo de chicos detrás de nosotras sin perder detalle de cada paso que damos.
De noche, o no sólo de noche. Hay algunos chicos a los que les gusta intimidar. O incluso grupos que parece que están siempre en la calle, es salir y hay que pasar entre ellos, aguantando el tipo y esperando si con un poco de suerte no te sueltan ninguna lindeza. Vale que algunos son conocidos, y hasta sabemos dónde estudian, dónde viven o con que cuadrilla salen. Pero a veces la “bromita” excede el ser conocidos para convertirse en un autentico: “No me hace nada de gracia lo que estáis haciendo”. Meter miedo no es broma. Y muchas chicas intentamos salir sin tanto miedo a la calle, pero algunos se encargan de que lo tengamos.
Este post está escrito basado en la historia que nos contaron unas chicas de 13 a 15 años en un encuentro de chicas realizado en Bilbao.
¿Se te ocurren otras estrategias para salir sin tanto miedo, o quieres conocerlas?
Beldur Barik va a hacer una entrevista a una formadora de autodefensa próximamente. Aprovecha esta oportunidad para enviar tus preguntas o dudas a beldurbarik@gmail.com y no te quedes con ellas!
Y no te pierdas los post sobre agresiones sexuales y autodefensa de Beldur Barik!!:
http://www.beldurbarik.org/category/eraso-sexistak-eta-autodefentsa/
Eskerrik asko! Hemos publicado un post en el que incluimos esta historia y alguna más: http://www.beldurbarik.org/2012/05/respuestas-ante-el-acoso-en-la-calle-hainbat-esperientzia/
Mila esker Beldur Barik!