Esta es la eterna palabra que parece que teóricamente nos puede sacar de líos y hace las cosas más sencillas y claras:
«Follamigos»
Es decir, quedamos, cuando queramos, follamos, porque queremos, y nada de compromisos al día siguiente, ni al siguiente, ni al siguiente. Seguiremos, además, siendo amigos. Sin rencores ni perder amistad.
Así que nada de esperar que te llame y te diga que te echa de menos. Nada de hacerlo tú tampoco. Nada de esperar que el sábado siguiente os volváis a encontrar… porque puede que pase, o puede que no. Nada de presentarle a tus amistades, hablar de esa persona como si hubiera algo, o tener sentimientos hacia él/ella. Nada de sentir celos porque esté con otra persona, no hay ningún compromiso. Se trata de sexo. Nada más. Y de sexo sólo cuando queráis, nada más. Y así lo regula incluso el contrato que pulula por internet desde hace unos años. Se supone que esto deja las cosas claras.
¿Cuál es el problema entonces? ¿Si hemos firmado las dos personas lo que queremos? ¿Si sabemos lo que hay? ¿Si lo hemos dejado claro? En teoría es ideal!!!!
…
¿Cuál creéis que puede ser el problema que surja?
Decimos «en teoría», porque las cosas escritas y eso, parece que ya funcionan porque sí, y ¿cuántas veces no funcionan? A cuánta gente conocemos que empezó con un/a follamig@ y de repente se dio cuenta de que sentía algo más, de que quería algo más, de que sentía celos cuando le/la veía con otra/o, o echaba de menos un abrazo con «algo más» de sentimiento… Cuánta de esa gente empezó con un rollo, pero luego la cosa se alargó… (Porque enrollarse dos fines de semana, quizá no es lo mismo que estar haciéndolo durante… 6 meses…) ¿Cuántos meses se puede mantener de verdad, en la vida real, una «relación de follamigos» pura y dura sin cambios?
Nos genera dudas, muchas dudas. Y no lo decimos en la teoría, si no en la vida real, en lo que nos pasa de verdad cuando empezamos con algo de esto. Y no pasa por ser tías, porque conocemos tíos que se engancharon con su follamiga, sí señores, que no somos siempre nosotras las que buscamos «algo más» o «tenemos sentimientos», ni las que siempre nos enrollamos con alguien porque en el fondo buscamos «algo más». A veces nosotras buscamos sólo sexo con un tío y es él quien «quiere más».
Lo que pasa es que en la realidad las cosas escritas no funcionan por estar escritas, los mitos y las ideas que tenemos sobre lo que es ser tía o ser tío, tampoco son 100% fiables, y nos encontramos muchas respuestas diferentes a lo que esperábamos, y las ideas que tenemos sobre el inicio de una relación, lo que buscamos, lo que queremos y lo que surje, no siempre se queda inamovible, no, si no que va cambiando.
¿Cuánta gente incumple «sus contratos»? ¿Cuántas parejas dijeron que se iban a querer parar siempre y dejaron de hacerlo? Seguramente muchas. Así que, en el sentido contrario… ¿también, no? ¿Cuántos contratos de follamigos se tienen que cambiar porque al principio pensábamos que funcionarían y… nada de eso?
Este miércoles nos juntaremos en Bilbao unas cuantas chicas jóvenes, para hablar de eso y mucho más, de nuestras experiencias o de otras que conozcamos, de los rollos que se nos complicaron o tuvieron un final que no esperábamos, de las veces que nos hemos enganchado a alguien que no quería más, o las veces que se engancharon a nosotras y nosotras… no queríamos más. De ¡todo lo que queráis! en un entorno de confianza, y sinceridad.
La cita es el
miércoles 27 de febrero, a las 18:00.
No os haremos firmar contrato, porque no necesitamos que sea oficial, si no que sea… real
¿Te apetece venir? Pues escríbenos a
Pingback: ¿Estamos o no estamos? No sé ni cómo llamar a esta relación | yoligoyodecido
Muy buena propuesta, me lo apunto para futuras relaciones.